domingo, 20 de febrero de 2011

Los medios de comunicación en Costa Rica desde el materialismo histórico

“Si ganamos la guerra comunicacional, no hará falta hacer más revoluciones”
Fidel Castro

A partir de estas líneas se piensa iniciar una reflexión y análisis sobre el desarrollo histórico de los medios de comunicación en Costa Rica. El énfasis de este análisis estará sobre las relaciones histórico-sociales engendradas por el modo de producción capitalista y la correlación de fuerzas entre las clases que esto conllevó dentro del contexto específico de la Costa Rica de segunda mitad del Siglo XX e inicios del Siglo XXI y como estas relaciones se reflejan en la esfera mediática. Es decir, aquí no se encontrará una descripción de los medios de comunicación en la actualidad, sino los factores sociales que llevaron a que los medios de comunicación sean como son hoy en día.

El materialismo histórico

En primer lugar es importante conceptualizar al materialismo histórico como lo planteaba Marx en el Prólogo de su Contribución a la Crítica de la Economía Política. Según este, a partir de las relaciones productivas de una sociedad, que recibirían el nombre de infraestructura, se levanta toda una serie de instituciones políticas e ideológicas que reproducirían el sistema, esta sería la superestructura social.

Dentro de este marco conceptual es importante rescatar dos categorías de análisis. En primer lugar, el concepto de hegemonía desarrollado por Antonio Gramsci y enriquecido por los Estudios Culturales Británicos, especialmente por Raymond Williams. Según esta tradición hegemonía es la capacidad de ejercer poder desde una “clase hegemónica” sobre el resto de la sociedad mediante las instituciones socialmente legitimadas.

En este sentido, también cabría la existencia de contrahegemonías o hegemonías alternativas que se encuentran en permanente disputa mientras se permanezca en una sociedad de clases.

Aquí vendría la segunda categoría, que es precisamente el concepto de clase. Retomando a Marx se acepta la diferencia de los términos “clase en sí” y “clase para sí”. Sin embargo, a diferencia del alemán que concentró buena parte de su obra en analizar la “clase en sí” como una condición objetiva derivada de la posesión o no de los medios de producción, nuestro interés está centrado en analizar la “clase para sí”, como algo que apela al campo de las subjetividades y la conciencia; campo que entonces se encuentra ubicado dentro de la superestructura social, donde los medios de comunicación son probablemente la institución ideológica más importante de las sociedades capitalistas contemporáneas.

Análisis histórico


Luego de la Guerra Civil de 1948 las instituciones sociales sufrieron un fuerte impacto dentro de su estructura. Esto fue provocado por el traslado de la hegemonía desde la alianza entre la parte más progresista de la burguesía nacional representada por Rafael Ángel Calderón Guardia y el Partido Republicano y la clase trabajadora revolucionaria representada por Manuel Mora y el Partido Comunista hacia una hegemonía de la clase intelectual y pequeñoburguesa (clase media) liderada por el pensamiento socialdemócrata y el proyecto del Partido Liberación Nacional.

Lo curioso del caso costarricense se encuentra en que este cambio de hegemonía nunca tuvo un impacto real dentro de la estructura mediática nacional anterior, como si lo tuvo en las instituciones políticas y públicas y en la estructura productiva.

El medio de comunicación más importante de entonces (y de ahora), el periódico La Nación, representaba (al igual que ahora) los intereses de la clase burguesa aristocrática y reaccionaria, sin embargo, el único intento que se realizó desde las filas socialdemócratas por controlar este medio terminó en un fracaso, como lo describe pintorescamente Alberto Cañas en sus memorias 80 años no es nada, a partir de este fracaso es que nace el periódico La República, que con capital de liberacionistas se convirtió durante varias décadas en la tribuna socialdemócrata nacional.

Luego de desplazar a los principales dirigentes obreros y de la ilegalización del Partido Comunista, la clase media en ascenso y su partido, Liberación Nacional, nunca tuvieron una clase trabajadora organizada que les disputara la hegemonía.

Este proceso generó dos situaciones; en primer lugar una alianza de la clase media en ascenso con la burguesía nacional, materializada en los proyectos socialdemócratas de las décadas 50, 60 y 70 y del proyecto neoliberal vigente desde la década de los 80.

En segundo lugar, se generó una “paz mediática” entre los principales medios de comunicación, que fortaleció el mito de la objetividad periodística y mediática ante la falta de un referente mediático contrahegemónico.


Conclusiones

El desarrollo histórico de los medios de comunicación desde la mitad de Siglo XX en Costa Rica ha estado ligada a las clases que han ostentado el poder político, sin embargo, no ha estado fundamentalmente determinado por estas. Ha existido una “convivencia” mediática entre el proyecto hegemónico liberacionista y la clase burguesa nacional.

Esta convivencia ha dejado por fuera cualquier tipo de voz disonante de otras clases o fuerzas sociales que se puedan considerar contrahegemónicas. Esto ha permitido que el mito de la objetividad en el periodismo se asiente en la sociedad costarricense, obviando por completo el sesgo que imprime la línea editorial de los medios en sus productos.

Durante los últimos años se ha observado como surgen fuerzas políticas nuevas desde los sectores progresistas de la clase media y de los sectores con mayor conciencia de la clase trabajadora que pretenden disputar la hegemonía al bloque neoliberal. Sin embargo, a nivel mediático esto no se ha visto reflejado en proyectos que se puedan considerar contrahegemónicos, lo más que se ha alcanzado es que los llamados medios alternativos brinden una perspectiva crítica de la agenda que plantean los medios tradicionales, pero no han logrado escapar de esta.