viernes, 17 de julio de 2009

La ideología de la "no ideología"

Unas cuantas reflexiones...

Es muy común escuchar en estos días el argumento "político" de que el camino a seguir es el de olvidar los "ismos", el de dejar de lado las ideologías. En Costa Rica parece que, para variar, las corrientes de cualquier tipo (litararias, históricas, filosóficas, políticas, hasta de moda) llegan con retraso. Sin embargo, lo más sorprendente es que el discurso de la muerte de las ideologías o, en la versión criolla, la muerte de los "ismos" haya llegado con dos décadas de retraso.

Althusser demostró que cualquier práctica responde a una ideología, pues cualquier práctica se realiza partiendo de una visión de la realidad social que así mismo se reproduce a través de esas prácticas y que generan discursos hegemónicos o alternativos.

A fines de los años ochenta, en pleno auge del relativismo absoluto de la posmodernidad, se comenzó a escuchar el discurso del "fin de la historia" y de la "muerte de las ideologías", es decir, ante la caída del mundo bipolar era necesario guiarse únicamente por "razones prácticas".

Como dije anteriormente, guiarse únicamente por "razones prácticas" y por el "sentido común" implica ya en sí mismo una práctica ideológica. Es paradójico entonces que los que esgrimen el discurso de no más "ismos" promuevan un discurso ideológico de pragmatismo absoluto.

jueves, 9 de julio de 2009

No caigamos en simplismos

Desde que se anunció que Arias iba a mediar las negociaciones entre el presidente democrático y legítimo de Honduras Manuel Zelaya y el golpista asesino Micheletti, la principal prensa costarricense (especialmente Repretel y Teletica) han caído en una visión simplista de lo que está sucediendo en Honduras, como algo que tiene que ver con paz o guerra.

Recordemos que la situación en Honduras se desencadena luego de un golpe militar contra el Presidente Zelaya y el establecimiento de una dictadura represiva (con estado de sitio y supresión de garantías individuales incluidos) que hasta el momento han tenido su punto más crítico con el asesinato por parte de las fuerzas represivas policiacas y militares contra dos jóvenes desarmados e indefensos que esperaban la llegada de su presidente el pasado domingo en el aeropuerto de Tegucigalpa.

El cambio sistemático en el discurso de los medios hacia un problema únicamente de paz y guerra (y del que ciertos grupos políticos oportunistas se han posesionado), relativiza el transfondo complejo político que hay en el asunto, y que muestra las verdaderas causas del Golpe de Estado.

Espero equivocarme, pero en estos momentos es lo que pienso, de que esto responde a un cínico cálculo político para que, de resolverse la situación hondureña, los créditos se los lleve nuestra paloma blanca de la paz con la intensión, tal vez, de otro Nóbel inmerecido.

No caigamos en simplismos, condenemos el Golpe de Estado y exijamos justicia contra los golpistas asesinos, exigencias que son innegociables